20 de noviembre de 2014

Radiografía de la peatonalización de la carrera séptima de Bogotá


Fuente. Periódico Electrónico Pulso Agosto 25 de 2014

Es importante reconocer que darles más espacios, tanto a peatones, como a usuarios de bicicleta, es una idea interesante, que además concuerda con los lineamientos urbanísticos de las grandes ciudades. El problema en Bogotá, es que ello no puede responder a la obsesión de un mandatario, sino a la planeación de la ciudad a largo plazo.

El proyecto que presentó la administración de Gustavo Petro, pretende peatonalizar  el tramo entre la calle 10 hasta la 24, en el sector de San Diego. (En este link pueden ver la propuesta).

Darle vida al centro de Bogotá se ha convertido en una de las obsesiones del alcalde Gustavo Petro. Para él, “lo que ha sucedido en la ciudad no corresponde a un principio de planificación democrática. Bogotá se ha expandido sobre un territorio en la forma de un plato: densificada hacia los bordes y desocupada hacia el centro”. (Marzo 11 de 2014).


Por lo anterior, desde que propuso este proyecto, habló de un cambio de paradigma urbano para superar la segregación social y mejorar la calidad ambiental de la zona. Para el alcalde una ciudad más expandida es una ciudad más costosa, pues implica llevar autopistas y servicios públicos a distancias cada vez más lejanas. Por eso insiste en llevar más ciudadanos hacia el centro.

Suena muy bonito, y por supuesto quién no va a querer un proyecto que se presenta tan bien. Sin embargo, es importante decir que no es sencillo, y que previa cualquier intervención urbana, es preciso que se tomen las medidas necesarias para preparar la zona, en este caso para recibir una nueva demanda de ciudadanos, así como de nuevos usos y servicios. Por ejemplo, en el centro de la ciudad es necesario antes que nada la recuperación del centro histórico, para que la nueva gente que viniera a la zona valorara y se sintiera orgullosa de la arquitectura y monumentos que describen los inicios de urbanización de la ciudad. Asimismo, es necesario que se adecuen las vías de acceso para atender la nueva demanda de buses y peatones que transitarían por la zona.

Tristemente, la mayoría de los objetivos que tiene el proyecto no se han podido cumplir. Uno de ellos, el que tiene que ver con la mejora en la calidad ambiental de la zona, no ha tenido los efectos esperados. De acuerdo con un informe de la Veeduría Distrital, sobre el impacto de la peatonalización de la carrera séptima, en pro de la disminución de la contaminación, la reducción en emisiones de partículas contaminantes por tráfico vehicular, contaminación visual y auditiva es ínfima comparada con el caos que se está generando en la zona. O, por ejemplo, en relación con el servicio de aseo y recolección de basuras, han aumentado los desechos de restaurantes en la vía pública y de los nuevos habitantes de calle que se han desplazado hacia la zona peatonalizada.

Una de las mayores preocupaciones frente al proyecto tiene que ver con los cambios en el servicio de transporte público, el cual  tuvo que dejar de circular por la carrera séptima y provisionalmente lo está haciendo por la carrera décima, de donde también tendrá que salir, generando caos y afectando directamente a los usuarios del mismo.

En cuanto al impacto en las ventas, FENALCO presentó una encuesta el pasado mes de agosto. Allí se evidenció que para el 90 % de los comerciantes sus ventas han disminuido entre un 30% y un 80 % desde que se empezó a implementar la medida, y que la presencia de habitantes de calle aumentó significativamente, en un 16% respecto al año anterior. (Agosto 26 de 2014).
http://caracol.glradio.com/noticias/bogota/90-de-los-comerciantes-alegan-perdidas-por-peatonalizacion-de-la-septima/20140826/nota/2384827.aspx Lo anterior deja claro porque los comerciantes de la zona se oponen a la peatonalización del centro ampliado, pero al parecer no tienen alternativas, pues la administración insiste en mantenerla.

Los habitantes de la zona se quejan del aumento de comercio informal, de accidentes de tránsito causados por el cambio de rutas, de inseguridad por el desplazamiento de habitantes de calle hacia la zona, de aumento de tráfico y trancones, y de la caída de las ventas para los comerciantes. Pero sus preocupaciones llegan a oídos sordos, pues la medida sigue en avance.

Pareciera que la administración, con tal de cumplir la obsesión del alcalde, ha ejecutado medidas sin estudios técnicos, y sin consultar con la comunidad. Se están haciendo muchas cosas al tiempo en el centro ampliado, pero sin la adecuada capacidad de gestión. Y en cambio afectando la calidad de vida de los habitantes de la zona.



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